miércoles, 7 de septiembre de 2011

Luna llena en las rocas

Autor: Xavier Velasco
Año:2005

La verdad es que el riesgo, como a todo valiente consta, depende poco del espacio geográfico deonde el ansiado lance ose verificarse.

Las mejores familias están, no del todo a su pesar, cada día más cerca del burdel que del confesionario.

Triple Cruda: con el arribo del alba, el pecado despierta torturado por la resaca física del ron, la resaca económica correspondiente a los billetes que dilapidó y peor que todo: la hija de puta cruda moral, que a decir de los verdaderos libertinos es privativa de espírutos débiles.

No hay, para el merodeador nocturno, mayor villano que la rutina. Tirana insobornable y prepotente, la vida ritunaria es un perenne atentado contra toda forma de romance. ¿Quién puede someter al corazón a cuadrícula tan melancólica?

El año tiene veinticuatro horas mágicas: una por cada quincena. Entre las seis y las siete, entre Judas y San Pablo, entre el deber y el beber, quien abandona la oficina con los bolsillos bien cargados de pachocha vive uno de esos momentos claves de la existencia: cuando el mundo nos brinda la oportunidad de demostrar que somos gente madura, y pasa que nos damos el gustazo de contradecirlo. Es hora dela fiesta. Que se aguanten los parientes, que me esperen las tarjetas, que les reboten mis cheques: yo me voy a reventar.

Si a una mujer, así tenga un cheque con tu firma en sus manitas, se le ocurre decirte que no hay en el mundo más hombre que tú, jamás te pasará por la cabeza que es una mentirosa.

Cuando hay sed de romance, cualquier chela es champagne.

¿A dónde llevo a mi pareja? Pocas angustias hay tan ociosas y estériles. Uno debería preguntarse, más sensatamente, si su pareja es la adecuada. Esto es, aquela capaz de aguantarnos por toda una noche, toda una semana o todo el tiempo del mundo. Cuando la respuesta es sí, el lugar es lo de menos, porque a medio idilio la covacha más vil es palacio inenarrable, y todas las vicisitudes que se vivan en su interior no serán sino parte de un hechizo que a ningún precio pondríamos en duda. El verdadero problema viene cuando nos vemos próximos a compartir la noche con quien no cuenta entre sus cualidades una inconmensurable disposición a soportarnos - en cuyo caso lo espiritual, mental y financieramente sano sería no invertir en esa persona -

Las mujeres tocadas por la hermosura sólo pueden ser paseadas por dos tipos de hombre: los idiotas o yo.

Permítanme hacerles partícipes de un secreto milenario: los idiotas, particularmente aquellos afectos a mezclar celos con alcohol, tienden a incrementar su grado de idiotismo en proporción geométrica. Por espíritu deportivo y economía de guerra, es preciso dejar que opere la voluntad del Señor, y entonces ellos procedan a descartarse solos. Además, debo también decirles que si alguna ventaja tiene el Bar Roco es que está hasta las nalgas de idiotas. Es decir, de tipos generosos o poco alertas cuyas novias o amigas son suceptibles de recapacitar en cualquier momento. Pocos mercados hay tan abiertos como éste, y cuando uno anda solo por el mundo nada quisiera más que volverse un idiota, y como tal abandonar el antro en la sedosa compañía de una zorrita comprensiva y desprendida.

Si todos los días hay hombres y mujeres que al erotismo lo descubren comprimidos por las apreturas de un vagón del metro, ¿por qué no iba uno a prenderse a medio Bar Roco, vaso en mano, piernas entre piernas, ojos ajenos en pupilas propias?

La nostalgia es veneno chantajista sobretodo si no hay con quién reirse de ella.

Casi todas las noches memorables comienzan en el interior de un vaso.

Ningún mexicano sentiríase plenamente contento con la vida si no contara con al menos un semejante en quien descargar el más contundente de los insultos nacionalistas, mismo que como tantas palabrotas contiene solamente cuatro letras: n-a-c-o.

Al igual que los buenos amantes, cualquier trasnochador audaz soba que no hay deber más imperioso que adentrarse hasta los últimos recovecos del sitio que con razones o sin ellas le han sido vedado.

¿De cuándo a acá las cifras saben de placeres?

Cualquier tough guy lo sabe: lo fuereño y lo blando se te quita chupando.

¿Viuda? ¿Divorciada? ¿Soltera? ¿Y? Lo importante del exilio sentimental no es tener claro cómo llegó, sino por dónde diablos se irá.

No olvidemos que el amor, como las muelas, siempre duele más de noche.

No hay en el mundo límites para quien sabe armar un pancho como Dios manda.

¿Alguien sabe cupal es la técnica primara para dirigir porras? Sencillamente, conservarse impermeable al ridículo. Cuando un animador de multitudes comienza so carrera, debe sobreponerse a la indiferencia y la burla de los cobardes que nunca se atreverán a pararse sobre una silla para gritar una festiva estupidez. Una vez que el pastor alcanza el mínimo poder de convocatoria, todo se vuelve fácil, y en un rato es el público quien le pide que siga en esa silla.

Y es que los besos, como las granadas, lanzan tantas esquirlas en su entorno que no hay un solitario que se libre de recibir al menos una de esas punzadas de premura, o envidia, o ansiedad.

Todo adulto es un niño descompuesto.

Uno puede asustar a una mujer, abandonarla o hasta morderla, y aún así continuar gozando de su favor; lo único que jamás perdonará es que nos atrevamos a reírnos de ella.

1 comentario:

Se solicitan recomendaciones tanto de textos a leer como de citas de la obra en cuestión que el dueño de este lugar haya omitido además de textos que enriquezcan más este altar de la sabiduría bibliográfica.