miércoles, 6 de junio de 2012

Cartero

Autor: Charles Bukoski
Año: 1976
Título original: Post Office

Cuando no sabías hacer otra cosa, eso era en lo que acababas, en un mozo de carga, empleado de recibos o chico de almacén.

Mira, tú vienes de un pueblo pequeño. Yo he tenido más de 50 trabajos, quizás lleguen a 100. Nunca he estado mucho tiempo en ningún sitio. Lo que estoy tratando de decirte es que hay un cierto juego que se practica en las oficinas de toda América. La gente se aburre, no sabe qué hacer, así que juegan al juego del romance de oficina. La mayoría de las veces no es otra cosa que una forma de pasar el tiempo. Algunas veces se las arreglan para echar un polvo o dos en una parte. Pero incluso entonces, no es más que un pasatiempo, como jugar a los bolos o ver la televisión o celebrar una fiesta de año nievo. Tienes que comprender que no significa nada y de esta forma no acabarán hiriéndote.

-Algunos hombres están locos.
-¿Qué quieres decir?
-Quiero decir que algunos hombres están enamorados de sus esposas.

Así es la naturaleza de la mujer: les gusta el intercambio de trapos sucios, una pizca de chillidos, una pizca de drama. Luego un intercambio de juramentos. Yo no era muy bueno en el intercambio de juramentos.

La mayoría de las vidas de estos hombres habían sido tan tortuosas y sufridas que yo disfrutaba leyendo sobre ellas, pensando, bueno, yo también estoy en el infierno y ni siquiera puedo escribir música.
 
Dios o quien sea no para de crear mujeres y de lanzarlas al mundo, y el culo de ésta es demasiado grande y las tetas de esta otra son demasiado peque.as, y esta otra está chiflada y aquella es una histérica, y auqella otra es una fanática religiosa y ésa de más allá lee hojas de té, y ésta no puede controlar sus pedos, y la otra tiene una narizota, y ésta tiene piernas como palillos... Pero de vez en cuando surge una mujer toda en sazón, una mujer que estalla fuera de sus ropas... una criatura sexual, una maldición, el acabose.

1 comentario:

Se solicitan recomendaciones tanto de textos a leer como de citas de la obra en cuestión que el dueño de este lugar haya omitido además de textos que enriquezcan más este altar de la sabiduría bibliográfica.